miércoles, 18 de agosto de 2010

Análisis: Tomb Raider III



Hoy es el turno de Tomb Raider III, uno de los grandes que no debería faltar en ninguna colección de juegos de PS1. He decidido empezar con la tercera entrega de la saga porque es una de las que más disfrute y la que tengo más fresca en la memoria.

Tomb Raider III, también conocido como Tomb Raider III: Las aventuras de Lara Croft, fue lanzado en 1998 por la desarrolladora Core Design y la distribuidora Eidos Interactive.

La historia del juego gira en torno el choque de un meteorito en la Antártida millones de años atrás que, en la actualidad, ha despertado el interés de la compañía RX Tech dirigida por el doctor Willard.
Dicha compañía descubrió el cuerpo de un marinero del HMS Beagle, un barco empleado por Charles Darwin en sus viajes, y, junto éste, un diario de un marinero que despertó el interés de la compañía en la investigación de diferentes lugares del planeta, entre ellos la India, lugar donde Lara Croft está buscando un artefacto al inicio de la aventura.



Si por algo destaca Tomb Raider III es por sus escenarios y por su dificultad.
Escénicamente el juego nos transporta a una multitud de lugares como la India, la Antártida, el desierto de Nevada, unas islas del Pacífico... donde el entorno está muy bien detallado permitiendo al jugador sumergirse en los escenarios disfrutando del paisaje 3D totalmente ambientado en la zona del mundo en la que nos encontraremos en cada nivel. Es necesario mencionar que contaremos con un enorme arsenal de armas (Pistolas, escopetas, metralletas...) para hacer frente a los diversos enemigos que encontraremos en los distintos escenarios, desde humanos armados hasta tigres de bengala. También hay que añadir que a diferencia de las entregas anteriores, en Tomb Raider III podremos usar vehículos como quads o lanchas motoras.



Dejando de lado los escenarios, paso a centrarme en la dificultad que, visible desde el primer nivel, constituye un arma de doble filo. Aunque contribuye al entretenimiento, desde mi punto de vista la dificultad excesiva de Tomb Raider III no lo hace apto para cualquier tipo de jugador: saltos mortales, complejos puzles, niveles enrevesados... pueden ser para más de uno un gran quebradero de cabeza si no tiene una guía del juego a mano. Recuerdo, como ejemplo de la ya mencionada dificultad, que en uno de los primeros niveles tenías que resolver un puzle bajo el agua, mientras te arrastraba la corriente de un rio, te perseguían bancos de pirañas y se te acababa el oxigeno: una situación que llegaba incluso a ser estresante.



Aunque el talón de Aquiles de Tomb Raider III es su dificultad, cosa que afecta a gran parte de los jugadores, estamos ante uno de los grandes de PS1, a la altura de las entregas anteriores, que supondrá un gran reto a los jugadores más experimentados y ofrecerá grandes momentos a los jugadores más casuales.

Puntuación
Argumento: 6,5
Jugabilidad: 6,5
Apartado técnico: 8,5
Plus opinión personal: +0,4
Total: 7,6


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